A diferencia de los costos internos donde, en cierta medida, tenemos el control de los mismos; en los costos externos tenemos un control parcial o nulo. El costo externo lo referimos a las variaciones en los precios del mercado regidos por la oferta y la demanda en la cual están nuestros suplidores envueltos.
En términos generales dependemos de las condiciones que nos ofrece un tercero, esto es, siempre y cuando nuestra dinámica y estrategia de negocios no sea flexible. Podemos considerar como costos externos:
a) Nuestros proveedores y suplidores
Se refiere a aquellos que nos proveen la materia prima, material de empaque, etc. El proveedor puede ser tanto de productos como de servicio, pues en muchos casos directa o indirectamente estos costos se ven reflejados en nuestro producto.
b) Departamentos dentro de nuestra misma organización
Se aplica a los casos donde tenemos productos en proceso, donde otro departamento inicia parte del proceso (nos suple como materia prima) o donde un servicio recibido es necesario para completar el proceso productivo (calidad, logística, trasportación, etc.
Para poder tener el control de dichos costos podemos utilizar algunas de las siguientes herramientas de trabajo:
1. Trabajar con más de un suplidor.
Tener más de un suplidor nos permite “jugar” con la oferta y la demanda del mercado.
2. Renegociar los precios a base de volúmenes proyectados de compra
Podemos asegurarle un volumen de compra al suplidor, siempre y cuando nos de un precio estable por un periodo razonable.
3. Realizar alianzas estratégicas para asegurar la estabilidad de los precios.
Reducir los costos de almacenamiento recibiendo directamente desde las líneas de producción del proveedor o almacenando en las facilidades de este.
4. Asegurar el mínimo de productos en proceso o defectos de calidad
Aumentar la eficiencia de forma tal que no necesitemos horas extras de trabajo de los departamentos de apoyo, como son Calidad, logística, mantenimiento, etc.
a) Nuestros proveedores y suplidores
Se refiere a aquellos que nos proveen la materia prima, material de empaque, etc. El proveedor puede ser tanto de productos como de servicio, pues en muchos casos directa o indirectamente estos costos se ven reflejados en nuestro producto.
b) Departamentos dentro de nuestra misma organización
Se aplica a los casos donde tenemos productos en proceso, donde otro departamento inicia parte del proceso (nos suple como materia prima) o donde un servicio recibido es necesario para completar el proceso productivo (calidad, logística, trasportación, etc.
Para poder tener el control de dichos costos podemos utilizar algunas de las siguientes herramientas de trabajo:
1. Trabajar con más de un suplidor.
Tener más de un suplidor nos permite “jugar” con la oferta y la demanda del mercado.
2. Renegociar los precios a base de volúmenes proyectados de compra
Podemos asegurarle un volumen de compra al suplidor, siempre y cuando nos de un precio estable por un periodo razonable.
3. Realizar alianzas estratégicas para asegurar la estabilidad de los precios.
Reducir los costos de almacenamiento recibiendo directamente desde las líneas de producción del proveedor o almacenando en las facilidades de este.
4. Asegurar el mínimo de productos en proceso o defectos de calidad
Aumentar la eficiencia de forma tal que no necesitemos horas extras de trabajo de los departamentos de apoyo, como son Calidad, logística, mantenimiento, etc.
Al implementar ideas como las ya mencionadas podemos reducir el impacto de los costos indirectos y tomar “cierto” control de nuestros costos. Al lograr esto podemos entonces iniciar el camino final hacia la implementación de un Programa éxitos de Reducción de Costos!
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