Uno de los temas más conflictivos de tratar es si podemos (y cómo) ahorrar dinero con nuestro recurso humano (empleados); dado que usualmente el “ahorrar” dinero en este renglón tradicionalmente se ha relacionado con el despido de empleados.
Lo primero es cambiar la perspectiva y el enfoque del análisis para definir adecuadamente el concepto de “ahorro” del (con el) recurso humano.
Obtenemos ahorros “en” el área de recursos humanos siempre…, y cada vez, que evitamos que una pérdida de dinero sea causada u originada por un empleado. Desde este punto de vista es importante considerar cuatro aspectos fundamentales:
1. Asignación de puestos
Al asignar (o seleccionar) un empleado para un puesto debemos evaluar al empleado más allá de su preparación técnica o nivel educativo. Los aspectos críticos que determinan el buen desempeño de un empleado no solo se basan en su preparación académica, sino también en sus destrezas, actitudes y compromiso.
2. Fortalezas del empleado
Identifica las fortalezas del empleado, donde se desempeña mejor, qué realmente domina… y luego asígnale el puesto que va a ocupar.
3. Productividad del empleado
Mide la productividad en base a factores cuantificables objetivamente y no en parámetros meramente teóricos. En todos los puestos se pueden establecer métricas de control de la efectividad del empleado.
4. Optimización de los procesos
En este aspecto se incluye el uso y aplicación de la tecnología, simplificación y estandarización de los procesos; pero aún más importante, el proveer del equipo mínimo adecuado (funciones del puesto) al empleado.
Si queremos ahorrar dinero y optimizar nuestro presupuesto tenemos que estar dispuestos a realizar un cambio en la Cultura de la organización. No puede haber ahorro en la empresa si seguimos haciendo las cosas de la misma forma y “como estamos acostumbrados”.
El pobre desempeño de un empleado la mayoría de las veces es resultado de una mala decisión de la gerencia que lo asignó a trabajar en un puesto para el cual, el empleado, no llenaba los requisitos básicos de destrezas, inteligencia emocional, capacidad de análisis y toma de ediciones.
No hagamos responsables a los empleados de su mal desempeño. ¡Hagamos decisiones analíticas y objetivas, cambiemos y estandaricemos los procesos y; lo más importante, nuestra cultura de trabajo…y veremos la diferencia!!